Robots cuadrúpedos en la Luna: en busca de recursos valiosos

Robots en la Luna, eso es lo que nos depara el futuro. Y no un futuro lejano, estamos hablando de uno reciente. Porque, aunque la robótica no está avanzando al mismo ritmo que la inteligencia artificial, también está progresando de manera sobrecogedora. Hace años que nos acostumbramos a los vídeos de Boston Dynamics donde los robots humanoides hacen parkour y otros cuadrúpedos son apaleados para demostrar la increíble estabilidad a la que han llegado. Sus patas simplificadas los hacen más lentos que si tuvieran ruedas, por supuesto, pero también les permiten recorrer superficies irregulares. Es evidente que un coche no se desplazaría bien por una ladera llena de rocas de un metro de diámetro y eso es una tarea que nos encontraremos si queremos explorar nuevos mundos. Ahí es donde se vuelven necesarias las habilidades de los robots cuadrúpedos.

Por ese motivo, la universidad ETH, de Zurich ya está probando un trío de robots diseñados para recorrer las partes más agrestes de la Luna. Esta investigación, de todos modos, tiene un propósito muy concreto: explorar mejor la luna en busca de materiales valiosos para la humanidad. No son para una misión científica más, esta vez tiene consecuencias directas y potentes en el mercado. Porque la Luna está repleta de algunos minerales clave para la industria y, localizarlos y acceder a ellos en grandes cantidades podría volverse, en un futuro no tan lejano, una de las principales ventajas en la economía mundial. La idea es que estos robots vayan siempre acompañados de rovers más tradicionales, con sus ruedas, que, si bien no les permiten recorrer terrenos abruptos, sí les da una velocidad mucho mayor sobre las superficies más planas.

Uno para todos y todos para uno

El diseño de estos tres robots, aparte de por cuestiones de locomoción, ha estado condicionado por un equilibrio entre la especialización y la generalización. Con esto, sus creadores pretenden decir que, cuando diseñas un artilugio, puedes hacerlo para explotar al máximo una función y obviando otras que solo nos obligarían a repartir las capacidades de nuestra máquina. O bien, ser aprendiz de todo y maestro de nada, con dispositivos variados en cuanto a sus utilidades, pero mediocres. Estas dos estrategias son, respectivamente, la del especialista y la del generalista. Si apostáramos por robots del primer tipo podríamos tener varios, cada uno experto en su campo, y nos darían unos datos de primerísima calidad. Sin embargo, si uno se estropeara perderíamos por complejo una de esas funciones.

La respuesta podría parecer que está en enviar generalistas y olvidarnos de los robots expertos, pero necesitamos esa “resolución” extra que los especialistas nos pueden proporcionar. Por eso, el equipo de investigadores ha considerado que la mejor opción es una combinación de ambos. Lo que podríamos llamar “uno para todos y todos para uno”, porque incluiría un generalista que valdría para todo y que serviría de apaño en el que caso de que fallase cualquier otro y, junto a él, dos especialistas que valdrían cada uno para una sola cosa.

Solo tenías un trabajo (o dos)

El robot generalista, en este caso, tiene una doble función. Por un lado, cartografía el terreno y, por otro, es capaz de identificar la composición de las rocas. No obstante, en ninguna de estas dos tareas será demasiado preciso. Aunque, como hemos dicho, tiene la ventaja de servir como soporte de los otros robots especialistas o de repuesto en caso de que fallaran. Los otros dos robots repartían en cierto modo estas competencias. Uno se encargará principalmente de la cartografía mientras el otro analiza la composición mineral de las rocas con un espectrómetro de Raman y una cámara de microscopía.

Es muy posible que estemos a las puertas de una nueva era de la minería. Donde los recursos no vendrán solo de menas hundidas en las profundidades de la tierra, sino de la superficie de otros cuerpos astronómicos. Porque, si existe una limitación a este escenario futuro, está claro que ya no es la tecnológica, será legal y, por lo tanto, habrá que ver cómo se desarrollan las medidas para preservar la geodiversidad de planetas, lunas y cuerpos menores del sistema solar, así como la garantía de que los países hegemónicos no monopolicen los recursos espaciales.

Vía | Suiza está creando robots con piernas que investigarán la Luna en equipo (larazon.es)