Días atrás, había manifestado su oposición al programa de inteligencia artificial en una carta abierta en la que se solicita “una larga pausa veraniega” de esta tecnología
ChatGPT y el uso de la inteligencia artificial han demostrado ser capaces de grandes cosas. Tanto que múltiples organismos de todo el mundo han alertado sobre su rápido avance y la falta de control sobre el mismo.
Es por ello que, este miércoles, una organización en Estados Unidos denunció a la empresa tecnológica OpenAI, desarrolladora del famoso chat, por considerar que la tecnología que utiliza -denominada GPT-4– viola la ley de protección de los consumidores.
El Center for AI and Digital Policy (CAIDP) presentó su demanda ante la Comisión de Comercio Federal (FTC por sus siglas en inglés) y alegó que el producto en debate es “sesgado, engañoso y supone un riesgo para la privacidad y la seguridad pública”.
“La FTC tiene la clara responsabilidad de investigar y prohibir las prácticas comerciales injustas y engañosas. Creemos que debe examinar de cerca OpenAI y GPT-4″, agregó por su parte el presidente de CAIDP, Marc Rotenberg.
Según se explayó, la compañía tecnológica no cumple con algunas de las prácticas establecidas por la Comisión, entre ellas, la que exige “la solidez empírica de los datos y de los modelos empleados”, así como su transparencia. La demanda subraya que OpenAI no cuenta con las suficientes salvaguardas para limitar la parcialidad y el engaño.
Sumado a esta demanda, Rotenberg fue uno de los empresarios y personalidades que la víspera firmaron una carta abierta en el que solicitaron -en tono catastrófico- la suspensión temporal de los experimentos con inteligencia artificial, superior a GPT-4, ya que consideran que “pueden plantear profundos riesgos para la sociedad y la humanidad”.
“La sociedad ha hecho una pausa en otras tecnologías con efectos potencialmente catastróficos en la sociedad. Podemos hacerlo aquí. Disfrutemos de una larga pausa veraniega de la IA y no nos apresuremos a caer sin estar parados”, se lee en el escrito en el que la ONG Future of Life Institute apela a un lapso de seis meses sin el desarrollo de esta tecnología.
Entre los firmantes destacan el director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, y el cofundador de Apple, Steve Wozniak, quienes también pidieron la intervención de los Gobiernos en el asunto, en el caso de que las empresas no respondan a la solicitud.
El rápido avance de esta tecnología ha puesto en alerta a muchos que advirtieron del profundo e irreversible cambio que podría generar en la “historia de la vida en la Tierra” y por lo que “debería planificarse y gestionarse con el cuidado y los recursos correspondientes”.
Otro de los aspectos que han levantado preocupación es la “carrera fuera de control por desarrollar y desplegar mentes digitales cada vez más poderosas” en la que los laboratorios de IA se han enzarzado y que hasta podría reemplazar a muchas personas en sus puestos de trabajo.
GPT -derivado del término en inglés ‘transformadores pre entrenados generativos’- es un tipo de modelo de aprendizaje artificial que se utiliza para generar lenguaje similar al humano y cuya última versión -la 4- ha demostrado ser capaz de brindar respuestas muy precisas y acertadas.
El laboratorio desarrollador lo definió como su “último hito en el esfuerzo para ampliar el aprendizaje profundo” y cuyo aunque sostienen que, distinto a lo que suscriben los denunciantes, tiene menos capacidad que las personas en muchas situaciones reales.