¡Descubre el fascinante mundo de las Ciudades Inteligentes en este programa! Exploramos cómo la tecnología y la digitalización están transformando el urbanismo para optimizar recursos y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Desde los proyectos futuristas de París y Londres hasta los ambiciosos planes de Reikiavik y Singapur, conoce las ciudades más innovadoras y sostenibles del mundo. ¡Conviértete en un ciudadano del futuro junto a nosotros! 🏙️🌐
Sumérgete en nuestra cautivadora playlist “Ciudades Inteligentes”, inspirada en la fusión de la vida urbana y la tecnología. Cada canción evoca la modernidad, la innovación y el ritmo vibrante de las ciudades más avanzadas del mundo. 🏙️🎶
Playlist:
“Una ciudad inteligente es un sistema de subsistemas cuyo fin es optimizar recursos, resolver situaciones críticas y facilitar el bienestar de las personas”.
Según la ONU, las ciudades ocupan sólo el 3% de la superficie de la Tierra, aunque su consumo alcanza el 80% de la energía. De esta manera, Internet, la inteligencia artificial y la digitalización, son las claves para avanzar en el objetivo de ciudades inteligentes.
Este tipo de ciudades se promueve cada vez más debido a que la mitad de la población mundial vive en centros urbanos, razón por la cual numerosos gobiernos de países tanto desarrollados y en vías de desarrollo crean acciones para promover las ciudades inteligentes, pensadas para favorecer la calidad de vida de sus residentes.
Hoy les traigo una lista de las 8 ciudades más inteligentes y tecnológicas del mundo, desde la 8va hasta la 1ra al final, con sus proyectos e innovaciones.
En Toronto, Sidewalk Labs, filial de Google, desde 2018 hacia grandes esfuerzos por la implementación de un proyecto de transformación de todo el Eastern Waterfront de la ciudad para convertirlo en una nueva Smart City dentro del ámbito mayor de la región de Toronto. Su enfoque busca centrarse en la edificación de nuevos espacios urbanos, especialmente concebidos bajo la filosofía de diseño de ciudades inteligentes que coloca al ciudadano en el centro del proceso de planeamiento.
El proyecto era profundamente ambicioso y sus creadores esperaban que culminara para el año 2040, pero la pandemia del COVID lo ha cancelado por el momento, iba a contribuir a generar 44.000 empleos directos y 14.200 millones dólares de impacto en la economía local, actualmente se encuentra aprobada la ejecución únicamente de su primera fase en el barrio de Quayside.
En este nuevo vecindario interconectado, que se convertirá en una unidad de prueba dentro del proyecto macro, se incluye el diseño de calles con gran accesibilidad enfocadas en su uso por peatones, ciclistas y transporte público de bajo impacto ambiental, se espera que al menos el 25% de los traslados internos dentro de todo el proyecto se realicen a pie o mediante un sistema de bicicletas compartidas, la construcción de plazas, parques y otros espacios públicos abiertos y flexibles para la diversificación de su uso por parte de la comunidad junto con la colocación en el mercado de una variedad de opciones de vivienda para familias e individuos con diferentes rangos de ingresos.
Además, todos los edificios iban a ser levantados con maderas industriales sostenibles, producidas localmente en la región de Ontario, usando un sistema modular y, pensando en la neutralización de su huella de carbono, el barrio contaría con redes eléctricas y de calefacción/refrigeración inteligentes que optimizan el uso de sus recursos energéticos. Se desplegarían también redes de fibra óptica y diferentes sistemas de interconexión para la recolección de la data generada y para que los gestores gubernamentales y emprendimientos puedan hacer uso de esta en el desarrollo de nuevas estrategias de innovación. Finalmente, en el diseño se incluyen instituciones educativas, guarderías y centros de acción comunitaria en el que los ciudadanos pueden involucrarse en el desarrollo y gestión de la naciente ciudad.
Aunque de un enfoque mucho más integral, este enorme proyecto también cuenta con detractores que, alegando dudas acerca del manejo de la data generada en estas nuevas comunidades por parte de Google y Sidewalk Labs, promovieron y lograron que la agencia gubernamental a cargo de regularlo redujera el alcance de su ejecución inicial de 76 a casi 5 hectáreas como proyecto piloto para la posterior discusión acerca de la materialización de la escala original. De lograr completarse, Quayside se convertiría en uno de los proyectos más importantes de ciudades inteligentes en el hemisferio occidental.
El notable avance de hoy en la tecnología de la información y la comunicación, TIC por su siglas en inglés, tiene un gran potencial para mejorar nuestras ciudades y el proceso de creación de ciudades, incluso a un nivel sin precedentes. Mientras tanto, «las tecnologías digitales son habilitadores clave, pero la planificación y la gestión urbanas permanecen en el asiento del conductor».
La República de Corea es uno de los primeros en adoptar el concepto de ciudad inteligente no solo a nivel de ciudad, sino también a nivel nacional.
Recientemente, el Banco Mundial organizó su tercera gira de estudio Smart City Korea, que reunió a 40 funcionarios gubernamentales y profesionales especializados en planificación urbana y gestión de la ciudad. Viniendo de 12 países, los participantes tuvieron la oportunidad de aprender de la experiencia de la ciudad inteligente coreana: movilidad inteligente, desperdicio y energía inteligentes, ciudadanía inteligente y espacio público inteligente.
La mayoría de las grandes ciudades del mundo sufren de embotellamientos. A medida que una ciudad crece, el problema del tráfico podría empeorar. Esto perjudica la calidad de vida, la prosperidad económica y la sostenibilidad ambiental. Seúl abordó proactivamente este problema latente hace 17 años y transformó su transporte en movilidad inteligente.
De 1970 a 2000, la proporción de personas que usaban autobuses para moverse por la ciudad disminuyó de más del 70% a menos del 30%. Los usuarios de automóviles crecieron significativamente mientras tanto. Sin embargo, después de que la ciudad introdujo la Reforma de Movilidad Inteligente de Seúl en 2003, la proporción de pasajeros de autobuses y metro se recuperó a casi el 70% y la de los usuarios de automóviles se mantuvo por debajo del 30%. Seúl invirtió con éxito el círculo vicioso en un círculo virtuoso con TIC avanzadas que incluyen tecnología avanzada de sistema inteligente de transporte (ITS), Sistema de gestión de autobuses (BMS) y Sistema de posicionamiento global (GPS).
BMS es un centro de control integrado que puede monitorear todo el sistema en tiempo real. El centro de control recopila información sobre el posicionamiento del vehículo (ubicación y velocidad), que a su vez se comunica al panel de servicio de información en las paradas de autobús y a través de diversas aplicaciones a los pasajeros a través de un teléfono móvil e Internet. Se puede ajustar la cantidad de autobuses asignados a cualquier ruta.
Otro problema con el crecimiento urbano es la gestión de residuos y la energía sostenible. Seúl, como muchas otras ciudades, una vez sufrió una serie de sobrecargas y escasez de energía debido al rápido crecimiento. Una de las soluciones que se le ocurrió a la ciudad es el Centro de Recuperación de Recursos de Gangnam (RRF). La instalación transforma los desechos en energía, lo que ayuda a reducir el relleno sanitario y la calefacción del vecindario. Este enfoque conduce a una reducción en el uso de combustibles fósiles y las emisiones de carbono, lo que contribuye a la mitigación del clima y al crecimiento urbano sostenible.
La planificación de la ciudad inteligente de Seúl pone mucho esfuerzo en abrir los datos del gobierno y crear consenso a través de la participación pública. Seúl ha aumentado el acceso público a los servicios y datos del gobierno.
Las ciudades inteligentes como Seúl también reorganizan los espacios públicos como activos importantes para mejorar la calidad de vida y la sostenibilidad.
Si bien muchas ciudades en el mundo trabajan en diversos proyectos de “Samrtcities” o “Ciudades Inteligentes”, Singapur ha querido llevar a otro nivel esta iniciativa, a través del proyecto “Smart Nation”, con el cual ha logrado convertirse en el primer referente mundial en esta materia.
En 2018 la ciudad de Singapur fue seleccionada como la Ciudad más Inteligente del mundo, durante la entrega de los premios del “Smart City Expo World Congress”. El reconocimiento le fue otorgado por promover activamente iniciativas y proyectos destacados en la industria de la innovación y transformación urbana, no solamente desde lo conceptual, sino desde la práctica aplicada, obteniendo resultados visibles que han redundado en el mejoramiento de la calidad de vida de sus ciudadanos.
Cuando Singapur decidió volver inteligentes sus ciudades, definió que el ciudadanos y su calidad de vida deberían ser la prioridad de cualquiera de las acciones implementadas. Esta perspectiva permitió mantener el foco y no distraerse en los utilitarismos de los dispositivos o las estrategias comerciales de las marcas de tecnología.
A través de cientos de miles de sensores instalados en diversas regiones del país, en Singapur monitorean de forma permanente el consumo energético, la generación de residuos y el uso del agua potable y residual, en tiempo real, de esta forma es posible identificar los focos de desperdicio, disminuir costos, hacer más eficiente la prestación, distribuir mejor los recursos, y sobre todo, crear conciencia en la población. Las cifras oficiales calculan una disminución en el desperdicio de agua y energía que ronda el 35%, al tiempo que el aprovechamiento en el reciclaje de las basuras ha logrado una eficiencia del 300% respecto de una década atrás.
Mediante un dispositivo tipo tableta, con sensores y cámaras, el programa “Tele-health” se enfoca en pacientes con movilidad reducida, y los hace un seguimiento constante de sus signos vitales. Esta información es recibida en tiempo real por el centro médico y sus doctores, que pueden tomar decisiones como cambios de medicina, enviar una ambulancia a casa o simplemente hacer una video llamada con el paciente. Esta estrategia ha generado una importante descongestión en las urgencias de todo el sistema sanitario del país, ha reducido significativamente los costos del sistema de sanidad, ha elevado la calidad de vida de los pacientes, al permitirse seguir los tratamiento desde casa, sin tener que desplazarse a los centros hospitalarios.
El uso de las tecnologías de Inteligencia Artificial y Reconocimiento Facial ha logrado implementar un moderno sistema de gestión integral de la seguridad, mediante cámaras de vigilancia, sensores y la cobertura de las autoridades, lo cual ha permitido disminuir las cifras del delito en los puntos más críticos.
Para que los proyectos de “Ciudades Inteligentes” sean posibles, viables y sobrevivan en el largo plazo, es necesario que sean diseñados y apropiados como una Política de Estado de largo plazo y no una iniciativa electoral del gobierno de turno.
Para lograr que miles de cámaras de video, sistemas inteligentes de movilidad, sistemas de energía renovable, aplicaciones, dispositivos móviles, sistemas de respuesta temprana, equipos de tecnología energética y cientos de miles de aparatos funcionen de manera armoniosa y con altos estándares de disponibilidad, es indispensable contar con grandes capacidades de conectividad, multidimensional y redundante, una “Ciudad Inteligente” solo es posible si se cuenta con salidas de alto flujo a canales internacionales de Internet, múltiples proveedores locales de acceso y una amplia oferta fija y móvil de banda ancha. El gobierno espera que la implementación del 5G genere un crecimiento exponencial de esta capacidad de conectividad.
La capital de Islandia, Reikiavik, se propuso convertirse en la primera ciudad a nivel mundial libre de emisiones de carbono antes de 2040. Esta ciudad se ve favorecida por la electricidad y la calefacción que produce a partir de la energía geotérmica, sin emisiones de gases de efecto invernadero.
La receta, tal como la presentó el alcalde de la ciudad, Dagur Eggertsson, parece simple y tiene como principales ingredientes caminar, andar en bicicleta y viajar en transportes públicos. “Cuando se trata de cambio climático, los pasos pequeños son tan importantes como los saltos grandes”, destacó el funcionario en el plan de acción.
La estrategia plateada por Reikiavik incluye, entre otras medidas, una fuerte inversión en vías para circular en bicicleta, el desarrollo de un proyecto conjunto con los municipios vecinos para una línea de autobús de tránsito rápido o de tranvía, y la ampliación de la red de estaciones de carga para los vehículos eléctricos.
La ciudad apunta a cambiar la distribución de los viajeros: triplicar el uso de transportes públicos, que pasaría de 4 a 12%, e incrementar la proporción de peatones y ciclistas de 9 a 30 por ciento.
Pero no todo es sobre cómo la gente se mueve, sino también dónde habita. Para Þorsteinn Hermannsson, director de transporte y diseño urbano de la capital islandesa, resolver el “dilema del crecimiento urbano” es clave para reducir hasta el 80 por ciento de las emisiones relacionadas con el transporte.
El área de Reikiavik está bastante esparcida, casi como en una ciudad estadounidense. Y eso se refleja en la elección del auto privado como medio de transporte.
Ahora, el desafío es lograr que los ciudadanos elijan vivir en las ciudades en lugar de los suburbios. Que la gente esté cerca de su trabajo y de los comercios significa que se mueve diferente, la población tiene que crecer hacia adentro en lugar de hacia afuera. La neutralidad en las emisiones de carbono siempre tiene que ver con el diseño urbanístico.
Los desarrolladores inmobiliarios también esperan gestos del Gobierno para avanzar en el diseño de una ciudad sustentable. Se está llevando a cabo un proyecto que incluye oficinas y 80 departamentos en el corazón de la capital. Los centros urbanos aquí no tienen la densidad poblacional que se puede apreciar en otros países debido a que existen restricciones en los precios y en el número de departamentos.
Reikiavik no es la primera ciudad en anunciar sus intenciones de marcar un récord en la historia medioambiental -Copenhague, la capital de Dinamarca, también está en carrera- pero tal vez sea la primera en conseguirlo. La respuesta habrá que esperarla hasta 2040.
Si bien más del 60 % de la población mundial vive en zonas urbanas, en Japón lo hace el 92%.
Japón demuestra que no hace falta ser una gran ciudad para ser una ciudad inteligente y que las comunidades más pequeñas también pueden apostar por tecnología innovadora como el Internet de las cosas, nuevas tendencias como la economía compartida y colaborativa para ser más sostenibles.
En la apuesta por la innovación y las ecociudades inteligentes destaca Fujisawa. Construida en el lugar que ocupaba una antigua fábrica de Panasonic, esta nueva comunidad es el hogar de unas 2 000 personas. Todas las casas están equipadas con paneles solares y sistemas inteligentes de monitorización. Esto permite a los residentes hacer un seguimiento de su consumo de energía, tanto en el hogar, como en la comunidad.
Además de la sensibilización, existen incentivos para reducir los niveles de C02. Los residentes pueden obtener recompensas por sus buenas acciones ecológicas. También se les anima a utilizar la bicicleta y a compartir vehículos eléctricos.
A diferencia de otros proyectos de ciudades inteligentes centradas en la tecnología, aquí lo primero que se tuvo en cuenta fue, los propios residentes.
En cuanto a la sostenibilidad, en esta ciudad se han establecido algunos objetivos medioambientales y energéticos que están relacionados con la reducción de CO2, el ahorro de agua, el uso de energía renovable y, lo más importante, un plan de recuperación en caso de que ocurra un desastre natural. Se han asegurado de que pueda ser autónoma en términos de electricidad y alimentos, durante 3 días.
Otra de las ecociudades es Kashiwa-no-ha. Una ciudad totalmente revolucionaria. Cuenta con una instalación de red energética inteligente que incluye uno de los sistemas de células de almacenamiento de iones de litio más grandes de Japón, así como generadores solares y, de gas, de emergencia.
Supervisada por el Centro Inteligente de la ciudad, la red puede responder inmediatamente a una escasez de energía y ser autónoma durante tres días. Cuenta con un sistema único de gestión de energía diseñado después de que la ciudad sufriera un apagón tras el terremoto de marzo de 2011 y ha ayudado a reducir el índice máximo de consumo de energía en más de una cuarta parte.
Japón está construyendo ciudades inteligentes basadas en un concepto lanzado por el Gobierno llamado ‘Sociedad 5.0’ basado en ciudades inteligentes centradas en el ser humano.
Kashiwa-no-ha no solamente está apostando por las últimas tecnologías. También se asegura de que los ciudadanos puedan dominarlas para construir un lugar donde todos puedan sentirse felices.
Este espacio también sirve como centro de asociación entre los diferentes interesados en el proyecto, provenientes del medio público, del privado y del académico. Pero en Japón, el ingrediente clave para el éxito de las comunidades inteligentes del mañana es la colaboración.
De la mano de la firma de ingeniería Setec Bâtiment y del arquitecto Vincent Callebaut, la ciudad del amor tiene como objetivo convertirse en la ciudad del futuro a través de este proyecto que busca la reducir las emisiones contaminantes producidas por los gases de efecto invernadero en hasta un 75% para el año 2050.
Con el propósito de mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, el proyecto ‘París Smart City 2050’, es una apuesta por la transformación de la capital francesa en la ciudad más sostenible y ecológica del planeta. De esta manera, París evolucionará en un gran ecosistema conectado cuyo mantenimiento y supervisión correrá a cargo de los propios ciudadanos, siendo este el primer proyecto sostenible, recientemente aprobado por el gobierno parisino, con tales características.
Grandes torres residenciales, capaces de producir su propia electricidad gracias a que estarán construidas con celdas solares y escudos térmicos, son algunos de los elementos que ayudarán a este nuevo ecosistema.
Unas bombas ‘hidroeléctricas reversibles’, que también serán promovidas por energía creada a partir de las celdas fotovoltaicas y pequeñas torres eólicas ubicadas en todo París, serán las que aprovechen toda el agua de la lluvia.
La ciudad también contará con nuevos parques verticales que serán el pulmón verde de París y que estarán equipados con ‘biorreactores de algas’ capaces de renovar la calidad del aire de París. Los parques verticales también estarán surtidos con torres de bambú, que traerán los mejores productos rurales al corazón de la ciudad. Asimismo, contarán con huertos integrados y puentes con diseños inspirados en medusas, con mecanismos para aprovechar el movimiento del viento y el agua en los ríos para generar energía.
En definitiva, ‘París Smart City 2050’ constituye un inmenso proyecto al que ya ha dado pie el Ayuntamiento de París y que, al ejecutarse durante 30 años, pasará por diferentes cambios de gobierno, riesgos y fallos aún no contemplados. A pesar de todo, con el paso del tiempo veremos más proyectos similares que tal vez no busquen transformar ciudades, pero si pueden empezar por calles o edificios donde implantar un nuevo diseño urbano.
Londres atrae a millones de personas cada año, convirtiéndose en una de las ciudades más visitadas del mundo. La capital británica tiene una infinidad de planes para aprender, divertirse y sumergirse en la cultura. Pero además es una de las pioneras en convertirse en smart city. ¿Cómo lo consigue?
Londres tiene algo que engancha a todo el mundo. Para algunos son sus museos, para otros los mercadillos de street food o el tradicional y espectacular Cambio de Guardia. Muchos se han enamorado del cambio de actitud. Además de ser una ciudad llena de paneles solares, restaurantes veganos y una estricta política de reciclaje, tiene en marcha diversos proyectos para consederarse una ciudad inteligente.
En Londres llevan tiempo buscando soluciones a la contaminación y han puesto en práctica métodos innovadores y sostenibles para limpiar el aire. Su último proyecto son los City Trees, instalados en la zona de West End, unas estructuras llenas de diferentes tipos de musgo que filtran el CO2 y que funcionan a la vez como mobiliario urbano.
Estas instalaciones incorporan sus propios sistemas de riego y energía y recopilan datos sobre el medio ambiente. Lo más impresionante es que cada uno de estos City Trees absorbe tanta contaminación como 275 árboles. Les han incorporado un banco, para sentarte y admirar este invento.
El alcalde de Londres, y un equipo de personas expertas del sector tecnológico han comenzado el plan de acción Smarter London Together, que se centra en mejorar el diseño, el intercambio de datos, la conectividad, las habilidades y la colaboración para crear una de las ciudades más inteligentes del mundo.
Para ello se han propuesto trabajar de manera colaborativa entre municipios, comunidades y universidades, para compartir ideas innovadoras y optimizar los recursos de la capital.
Otra de las metas que se ha propuesto la capital británica es la de eliminar por completo los carros del centro de la ciudad. Para ello han diseñado un Walking Action Plan, con una inversión de 2.400 millones de euros para reacondicionar calles y aceras, mejorar la señalización, y optimizar la red de transporte público. El objetivo es que para 2041 el 80% de los trayectos se realicen a pie, en bicicleta o en transporte público, lo cual disminuiría muy notablemente las emisiones de CO2 en la ciudad. Y aunque aumentar las opciones de movilidad sostenible está dentro de los objetivos, el verdadero plan es apostar por los peatones, para eliminar también el tráfico y la contaminación acústica.
Todas estas iniciativas están enfocadas a mejorar la calidad de vida de los londinenses y de los millones de turistas que visitan cada año la ciudad, ofreciendo soluciones al reto medioambiental, a algunos de los problemas sanitarios, beneficiando a los comercios y, en general, al progreso tecnológico.
Hoy en día, el papel de las ciudades es clave en la construcción de un futuro sostenible. Pero cada uno de nosotros podemos poner de nuestra parte: empezando por el uso de energías renovables hasta produciendo tu propia energía verde con el autoconsumo.
Frente a una gran multitud de cabinas telefónicas en desuso, Jeff Merritt, el entonces director de Innovación del Ayuntamiento de Nueva York y actual jefe del Internet de las Cosas en el Foro Económico Mundial, tomó la decisión de reciclar en lugar de tirar. Así que las utilizó como un primer paso hacia la creación de una de las mayores y más rápidas redes wifi-municipales del mundo.
Las cabinas se sustituyeron por quioscos que no solo permiten a la gente conectar sus dispositivos personales a la red wifi gratuita y ultrarrápida, sino que también incluyen un punto de carga, así como una tableta que proporciona acceso a los servicios urbanos, mapas y direcciones. Los quioscos están equipados con teclados y micrófonos para que la gente pueda realizar llamadas gratuitas a cualquier lugar de EE. UU.
Construir una ciudad más inteligente solo puede lograrse combinando la visión del sector público con la experiencia de las empresas privadas. Se organizó un consorcio de empresas que generan ingresos a través de la venta de publicidad en las pantallas de los quioscos. Las ganancias se dividieron al 50% y el ayuntamiento garantizó 500 millones de dólares durante los próximos 10 años.
La iniciativa pública-privada es solo uno de los muchos proyectos de ciudad inteligente digital que se están poniendo en práctica en Nueva York para mejorar los servicios metropolitanos y ayudar a impulsar la economía.
El Internet de las Cosas (IoT) juega un papel esencial en las ciudades inteligentes, ya que facilita el acceso a la información requerida para la toma de decisiones inteligente. Los grandes organismos encargados de las infraestructuras como las autoridades competentes en materia de agua han estado usando dispositivos conectados para recoger información durante varios años, pero su uso se está ampliando continuamente.
Miles de millones de litros de agua llegan a la ciudad cada día desde el norte del estado de Nueva York, se emplean sensores que garantizan un agua limpia y sin contaminar. Cuando llega a los consumidores, existen contadores en los sótanos que solían visitar los trabajadores para efectuar la lectura y así facturar y mantener el sistema. Pero ahora se dispone de contadores inalámbricos que envían información en tiempo real sobre uso y picos que pueden ayudar a identificar fugas.
El IoT llega a ser más emocionante cuando pasa de un dispositivo inteligente conectado de forma individual a varios dispositivos que se comunican entre sí, como pasa en el sistema operado por la Autoridad del Transporte Metropolitano de Nueva York. Hace unos años, se empezó a utilizar localizadores GPS para informar sobre cuándo los autobuses llegarían a las paradas. Estos localizadores estaban conectados a un sistema de control remoto inalámbrico del alumbrado público.
Cuando los autobuses se acercan a los semáforos, estos cambian de color para darles prioridad. Esto aumenta la velocidad de los autobuses, crea un servicio más regular y reduce el tiempo de trayecto alrededor del 20 por ciento.
Los autobuses que utilizan el nuevo servicio pueden funcionar con puntualidad como un sistema ferroviario público. Esto motiva a la gente a utilizarlos en lugar de sus automóviles, reduciendo la congestión, la contaminación del aire.