Una empresa australiana está rompiendo esquemas con su venta
Llevamos tiempo hablando de motos inteligentes y de otro tipos de avances que redundarán en nuestra seguridad. Los cascos inteligentes son parte de estos avances y todo indica que cada vez están más cerca.
Desde hace unos años, puntualmente, encontramos información sobre la evolución de los cascos de moto un paso más lejos de lo que estamos acostumbrados. A día de hoy no cabe duda de que estamos ante los cascos de moto más seguros que han existido y la evolución desde hace dos décadas a esta parte es una muestra clara de ello. Sin embargo, la realidad es que aunque se han perfeccionado no han vivido una evolución tecnológica en paralelo al resto de la industria. Con esto nos referimos a que mientras las motos equipan múltiples sistemas electrónicos, los cascos en el mejor de los casos están preparados para incorporar intercomunicadores y pare de contar.
La cuestión es que son muchas las empresas que están intentando desarrollar cascos inteligentes que aporten más información y seguridad sobre el entorno además de comodidades de manejo y gestión. En este caso el prototipo viene desde Australia gracias a la empresa Forcite, que está desarrollando desde hace años el casco que consiga dar ese salto que le de más funcionalidades a los cascos. En este caso concreto hablamos de la integración de diferentes elementos dentro del propio casco más dignos de un teléfono inteligente.
Lo primero que llama la atención es que el casco equipa una cámara frontal, pero también un GPS, giroscopio, barómetro, acelerómetro y altímetro, es decir todo un arsenal preparado para captar información de primera mano. Gracias a ello y mediante la aplicación con la que se conectará al móvil para conocer todos los parámetros. También cuenta con iluminación para poder ser vistos con mayor facilidad por la noche. Además, según sus desarrolladores también se podría utilizar con aplicaciones como Waze o Google Maps con las que serviría como navegador. Esto sería posible, también, gracias al sistema de bluetooth y auriculares que lleva incorporado y que iría conectado al propio teléfono de cada usuario. Eso sí, lo que no incorpora de momento es uno de los grandes avances que se espera al respecto y es el de la sobreimpresión de información en la pantalla, es decir la realidad aumentada.
En cualquier caso está claro que este podría ser un gran primer paso puesto que la empresa, a través de una campaña de recaudación de fondos ha sido capaz de captar más de 920.000 dólares australianos, lo que implica que el proyecto es viable y que cada vez está más cerca de instaurarse masivamente. Aunque lo más impactante no es el hecho de que hayan sido capaces de recaudar esa suma sino que cuentan con una lista de espera de 14.000 usuarios repartidos entre Australia, Europa y Estados Unidos. Todo a pesar de que únicamente han servido hasta el momento a 1.380 clientes su modelo MK1 y que ya están desarrollando la evolución de este, el MK1S que contará con mejoras de características y de la propia inteligencia artificial del casco.
Hay que decir que el casco no tiene, en absoluto mala pinta y que, además, está construido en fibra de carbono y con todos los componentes comprados por separado ya estaríamos hablando de un coste bastante contenido y que, incluso, ha sido testado en condiciones de carrera donde ha sufrido caídas.
Enlace al artículo fuente: El casco inteligente ya es una realidad (y es económica) (soymotero.net)