La tecnología es maravillosa. Nos permite crear realidades que antes se tachaban de ficción. Nos hace soñar, innovar y progresar. ¿A quién se le habría ocurrido hace cincuenta años que íbamos a poder hacer videollamadas con personas en la otra punta del mundo? ¿Qué nos habría dicho Neil Armstrong cuando volvió de la luna si le hubiésemos enseñado entonces un iPhone 14 y le hubiésemos dicho que su potencia era de más de 100.000 veces la del Apollo 11?
La tecnología ha supuesto el mayor cambio cualitativo y cuantitativo de nuestro nivel de vida en toda la historia de la humanidad. Nuestro mundo sería radicalmente distinto sin ella. Sin embargo, y como todo en esta vida, tiene dos caras. Del mismo modo que se ha podido utilizar para buscar el bien, se puede hacer mucho mal con ella, y por eso es importante actuar.
La seguridad es lo primero
El ejemplo más vivo y reciente de esto son los AirTag de Apple. Un pequeño rastreador que muchos utilizamos para localizar nuestra mochila, nuestras llaves —dichosas llaves, que siempre se pierden— o incluso a nuestro perro. Es un dispositivo maravilloso, que mejora la vida de mucha gente y la hace un poquito más fácil. Sin embargo, hay quienes lo utilizan para otros fines, que no persiguen precisamente el bien común.
Hace unos meses saltó la polémica de que un número elevado de criminales estaban utilizando AirTag para localizar a personas sin su consentimiento. Las introducían en bolsos, bolsillos, coches, paquetes o lo que fuera y podían saber en todo momento dónde se encontraban.
Ya no se trataba tanto de una cuestión de privacidad, que también, sino de integridad física. ¿Por qué iban a querer saber dónde estás en todo momento? Ese no era el fin del criminal, sino su medio para poder robar en tu casa, saber dónde trabajabas, o peor, esperarte en algún lugar hacia el que supiese que te fueses a dirigir.
Apple lleva meses mejorando su política de privacidad
Apple ya trató este tema hace unos meses, e introdujo cambios en la forma de funcionar de los AirTag para que fuesen más seguros. Si tu iPhone detecta un AirTag que no es tuyo durante un periodo de tiempo fuera de lo normal, emitirá una alerta y te permitirá localizarlo. Sin embargo, parece que en ocasiones no es suficiente, ya que siguen apareciendo casos así. Pocos, cierto, pero con que sólo haya uno, ya se debería considerar demasiado.
Precisamente por esto Apple y Google se han puesto de acuerdo en que tienen que hacer algo. Los dos gigantes han decidido liderar una iniciativa para crear un estándar en la industria que trate el seguimiento no deseado con rastreadores Bluetooth, como los AirTag. La idea es que estos dispositivos sean compatibles con la detección y alertas de seguimiento no autorizado tanto en iOS como en Android. Varias compañías, como Samsung, Tile y Chipolo, han expresado su apoyo a esta iniciativa.
En el mundo de la tecnología hay una competencia brutal. Siempre todos quieren aspirar a ser los primeros, los mejores, o las dos cosas. Sin embargo, cuando se trata de cuestiones como esta, es tranquilizador ver que se ponen de acuerdo para seguir haciendo de la tecnología una de las principales herramientas para cambiar el mundo.